Marco Educativo
La normativa española, en coherencia con las recomendaciones de la Unión Europea, establece que el sistema educativo debe garantizar la adquisición de las competencias clave a lo largo de las distintas etapas educativas:
- Competencia en comunicación lingüística.
- Competencia plurilingüe.
- Competencia matemática y en ciencia, tecnología e ingeniería.
- Competencia digital.
- Competencia personal, social y de aprender a aprender.
- Competencia ciudadana.
- Competencia emprendedora.
- Competencia en conciencia y expresión culturales.
Estas competencias se adquieren de manera transversal e integrada, a través de los aprendizajes que ofrece cada materia y mediante experiencias educativas que promueven el desarrollo personal, social y académico del alumnado. En este marco, las soft skills que se trabajan en HABILIMECUM® constituyen un complemento idóneo que refuerza las destrezas y actitudes que subyacen a dichas competencias.
Aprender a negociar y a resolver conflictos de manera constructiva favorece la competencia ciudadana y la competencia personal, social y de aprender a aprender, al implicar el respeto mutuo, la escucha activa y la búsqueda de acuerdos. Estas destrezas también inciden en la competencia emprendedora, al entrenar la toma de decisiones y la valoración creativa de alternativas.
El liderazgo entendido como guía positiva y corresponsable potencia la competencia emprendedora y la competencia personal y social, al fomentar la asunción de responsabilidades, la organización de tareas y la motivación de los demás.
El trabajo en equipo promueve la colaboración, la empatía y la gestión de roles, estrechamente vinculados con la competencia de aprender a aprender. En contextos diversos, estas prácticas contribuyen igualmente al desarrollo de la competencia plurilingüe (cuando se utilizan distintos idiomas) y de la competencia digital (mediante plataformas colaborativas).
El reconocimiento, la comprensión y la regulación de las emociones propias y ajenas fortalecen la competencia personal, social y de aprender a aprender, al favorecer la convivencia, el bienestar y la capacidad de autorregulación.
El mindfulness, como práctica de atención plena, incide en la resiliencia y en la disposición activa hacia el aprendizaje, reforzando de manera directa la autonomía personal y la capacidad de adaptación ante retos.
La competencia en comunicación lingüística comprende la capacidad de expresarse oralmente con claridad, estructurar el discurso y adaptarlo al contexto y al auditorio. La oratoria y la comunicación efectiva desarrollan estas destrezas y resultan esenciales para participar en debates, presentar proyectos o exponer ideas. Asimismo, el uso de recursos digitales y audiovisuales en la comunicación contribuye a la consolidación de la competencia digital.
La planificación, priorización y equilibrio entre obligaciones y ocio fortalecen la competencia de aprender a aprender, al promover la autonomía y la autorregulación del alumnado. De igual modo, se relacionan con la competencia emprendedora, ya que implican la capacidad de establecer metas, monitorizar el propio progreso y adaptarse a circunstancias cambiantes.
La persuasión responsable —basada en argumentos sólidos, evidencias y respeto— se vincula con la competencia ciudadana y la competencia en comunicación lingüística, al favorecer una participación democrática y constructiva.
El pensamiento crítico, entendido como la capacidad para analizar información, detectar falacias y elaborar juicios propios, constituye una herramienta esencial en la sociedad del conocimiento y contribuye al desarrollo de la competencia digital en un uso seguro, ético y responsable.
La creatividad se entiende como la capacidad para generar soluciones originales y valiosas, combinando saberes y experiencias previas. Está estrechamente relacionada con la competencia emprendedora, al favorecer la innovación, y con la competencia en conciencia y expresión culturales, al posibilitar la manifestación de la identidad personal y la valoración de distintas perspectivas a través de proyectos artísticos o tecnológicos.
La integración de estas soft skills en el proyecto educativo de HABILIMECUM responde a los desafíos educativos y sociales del siglo XXI y contribuye directamente al logro de las competencias clave definidas en la LOMLOE.
Al entrenar habilidades como la negociación, el liderazgo, el trabajo en equipo, la gestión emocional, la comunicación, la gestión del tiempo, la persuasión, el pensamiento crítico y la creatividad, el alumnado adquiere capacidades transversales que repercuten positivamente en su trayectoria académica, personal y profesional.